Dalai Lama

Ha nacido en el país perdido,

al fondo de la ladera de la montaña.

Dicen que es la recarnación de un Dios.

Subiendo arriba, dando con el monasterio, tuve la suerte de encontrarme con un chaval.

Y él me contó: " que la humildad en su pueblo aún quedaba por caer".

Ai Dalai,

Ai Dalai-Lama, ai Dalai Lama, ohhh!!

Ellos que izaban la bandera, ellos que prometieron permanecer bajo la patria y el destino de la unificación de un Dios.

¡Aún humaba la bandera cuando yo me marché prometiendo recordarle al chaval la unificación del mismo Dios!

En lo alto de la montaña, ya lejos del monasterio, los monjes preparan la ascensión de la propia estatua.

Para buscar al futuro gran señor.

Ai Dalai,

Ai Dalai-Lama, ai Dalai Lama ohhh!!

Ai Dalai.

He querido homenajear al gran Dalai en este poema, así como la patria, el destino, el Dios de la propia aldea.

Quiero compartir con vosotros un texto de un escritor que he tenido la ocasión hace poco de conocerlo por los poemas, Miguel Àngel Gara, para acabar por hoy.

Espero que os guste.

Esperaba este barco.

Caminé sobre olas idénticas a días.

Esperaba este barco.

Y a sus hilos de sombra y a sus labios de plata y a sus oscuridades.

Eperaba este barco.

y a sus marinos que no regresan

y a los que viven en sus recuerdos.

(Miguel Àngel Gara, el desierto del agua.2009)