Te espero en silencio, bajo la lluvia
de mi paraguas, al unísono.
Te llevaré conmigo siempre.
Allí, te estuve mirando, por la ventana del tren que huyó a contrareloj.
Al tiempo que me dirijiste tu última mirada de despedida desde el vagón.
Tocaste la última nota y yo me despedí con una última mirada y una última lágrima tu triste despedida.
No volverás, me lo dicen tus ojos escondidos, tus pestañas humedecidas, tu mirada perdida.
No volverás, lo sé, no me verás, y llorarás al irte como yo lo hice cuando me fuí.
Pasan recuerdos, emociones y sentimientos.
Te despides, prometiéndome volver.
Yo sé que nunca volverás.
Así son las cosas.
Quiero recordarte y te llevaré siempre en soledad
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