Me la regalaron cuando tenía 10 años, la quise cuando la vi.
Era monísima. Una noche decidí dormir con ella en la mesita.
Empecé a oir voces a media noche y me desperté, pero la muñeca no estaba.
Llamé a mis padres, temblando, pero por mas que la buscamos no la encontramos.
A media noche del día siguiente oí voces y gritos.
Me desperté y la muñeca estaba en su sitio, la abracé y noté algo raro, sus labios pronunciaban unas palabras muy extrañas: " no dejaré que te pase nada malo"
Llamé a mis padres, "¡ papá, la muñeca habla!"
Todo había vuelto a empezar...
Lucía.
2 comentarios:
Pero, mi querida Iria, ¿ahora escribes relatos de miedo? que fantástica eres!!!!
Pásalo bien y no trabajes mucho ;)
Un saludo amistoso,
Alexander
Gracias.
Me ha salido de repente, espero que te gustara.
Tranquilo, no trabajaré mucho :D
Un saludo.
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