
Vierte el tiempo Lucrecia, en esa copa que acabas de llenar hasta los bordes
y que él levantará, como un trofeo, brindando por tu amor.
Que él envecezca y no tú. Que se de cuenta de todo y no pueda hacer nada, que el veneno del tempus fugit corra por sus venas y le devore el cuerpo y el espiritu.
Y cuando en la sortija ya no quede rastro del tiempo, lléname la boca con el néctar sin horas en tus labios.
Marina. Adriana Calcahoto.
2 comentarios:
¿Seguimos buscando leones en las nubes? ;)
Gracias...
Yo soy fiel amiga y fiel seguidora, aunque ahora estemos todos de vacaciones.
Un saludo.
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