Para esta semana, que empieza, y para muchos puente (incluída), os dejo con un poema de viajes, como me gustan, entre dos pueblos, espero que os guste.
Ocultos por viñedos, los dos pueblos
no se alcanzan a ver el uno con el otro.
Sus cementerios son los que se miran
desde sus dos colinas, a lo lejos.
Como estos pueblos, tu dolor y el mío
se ocultan. Y la hija que ya no volveremos a ver nunca es quien nos mira desde nuestros ojos.
Cuesta entender la vida, no la muerte.
La muerte nunca encierra enigma alguno.
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