Cruzé la parada a media noche,
y fue esa vez en la que,
me sentí atrapado por el vaivén de las caderas de una muchacha
muy hermosa la cual se subió al mismo tren.
Cuando ella se volvió,
no puedo describirla porque era tan bella
como uno cual siempre soñó a la mujer.
Y que manera de mirar,
y que manera de decir: " me gustas mucho o porque no te largas de una vez"
Esa jerarquía en la mirada, yo solo la había visto una vez.
Esa manera de estar,
muy a la hembra,
de querer decir: " yo domino, lárgate, no es tu sitio"
Y cuando me miró, me sonreía, no me sonreía, se sonreía.
Y pasó por mi frente su mano y sentí como el mundo se me caía abajo, y me borró cualquier rastro de arruga.
Cuando al amanecer,
la próxima parada,
no recuero ni siquiera
en la estación en la que la perdí.
5 comentarios:
y te reencarnas en un hombre!! fascinante, trabajo, Iria, fascinante!!
llegarás muy lejos, no lo dudes.
Un beso
Gracias, anónimo, una vez mas, por tu amable seguimiento. Un saludo
Que xulo, como mola!!
Un beso Iria.
Hola a todos!!!
Gracias, anónimo, que aunque sigues sin desvelar tu identidad, me apoyas.
Gracias, Alexander una vez más.
Recibid un cordial saludo
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